Aquí estoy vida mía, a kilómetros de ti, evitando a toda costa encontrarme con tu recuerdo, utilizando la distancia y el tiempo para extrañarte cada vez menos.
Aquí estoy vida mía, en una ciudad desconocida, extrañando tu presencia, tu sonrisa y la mía, esa misma que te llevaste el día de tu partida.
Aquí estoy vida mía, soñándote en estas noches frías, implorando al cielo fuerza para soportar tu ausencia, jugando a olvidarte, sabiendo que toda la vida voy a amarte.
© Addel Córdova.
Libro: Un amor que rozó el cielo (2018).
Deja una respuesta