Mar y viento nos llaman huracán; agua de sudoroso temple desborda los poros, aires violentos, sal que empapa y sabe a sexo al tuyo, al mío, al pertinaz deseo que nos convoca. Tormenta de noche completa, trasnoche , marea de arena insolente, procaz: me sabes deleite; no me sueltes, que me aferro a tu borda…