Eres un símbolo – Mario Guzmán

Nadie lo veía venir; ni siquiera yo lo presentía.

La escuché de pronto y era una voz lejana,

centelleante como una moneda para gastar en el recreo.

Más tarde la volví a escuchar y me evocó labriegos en un campo abierto

o melodías lejanas entre caballos y hombres celebrando,

así fuese una cosecha, la paz de un hogar o la belleza de una tarde….

Me encuentro, en fin, en una de las mesas de en medio,

solo, sumergido en mi lectura,

rodeado de estudiantes que recrean la repartición de un sueño rosa.

Por momentos trato de tomarle un poco de más sabor a la negra bebida árabe,

a la manera de León Felipe, el poeta chopo.

Entonces llega otra vez a mí.

Sin saberlo me abriga; me da la fe, la esperanza,

el despertar hacia un amor suficiente para existir.

En un instante, al recorrer unas líneas de sus canciones

la imagino rendida ante mí,

me entrega su vestido, sus ahorros, su belleza.

Me arrobo hierático…

hasta que vuelvo a llenarme de esa voz tintineante.

Reconozco el lugar, el humo de tabaco,

el café sobre mi mesa, el libro de León Felipe.

Vuelvo la cara y encuentro a la joven

que sigue evocando todo ese tipo de historias frente a sus amigas.

Eres tú. Me buscabas, te buscaba.

(Esto pasa en una cafetería de estudiantes).

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