Desde que llegué a tu vida
todo tuvo sentido;
lograste tomarme
en tus brazos
y contemplar mi sonrisa.
Con cuidado
me guiaste en mis primeros pasos.
Fuiste mi primera palabra,
y mi primer paño de lágrimas.
Después de años,
de noches en vela,
de noches de estudios,
de días complicados
nunca nos faltaban
tu sonrisa o tus regaños.
Tu esfuerzo
se convirtió en nuestro.
Con cada año tu cariño
iba creciendo.
El orgullo que siento,
de llamarme tu hija
ha crecido con él,
tanto que me has dado razón de ser.
No veo la vida
en donde tú no estés.
Por eso espero
que siempre sepas
que te amo mamá.
*
Deja una respuesta