(Tras de ti…)
Mientras tú miras los negros en los blancos
y das golpe a golpe la marca precisa al universo;
yo pongo la flor sobre la mano
y aspiro bucólico, embriagado
el aroma de tu luz sobre mi sombra.
Tengo el pensamiento copado en otras cosas
en tratar de crecer subiendo a veces
pero desdoblada cual gaviota planisciente
me rondas lenta y permanentemente.
Guardo tu resquicio receloso
pero tú romántica alevosa
ocupas los linderos
(el todo; el siempre…)
y al mismo tiempo el centro
de todas mis fugaces horas.

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