«El placer es también
un medio extraordinario
de subversión»
Susanna Tamaro
Siglos ha en que a mi cuerpo debo esconder.
Que no se muestre más de la cuenta mi piel.
Que entre las telas de una falda se enclaustre mi
poder.
Que mis ojos baje si mi rostro lo descubre él.
Que no me vea.
Que no me toque.
Que no deje desbordarse el placer.
Que si al amante recibo en mi habitación,
tiene que ser mi señor.
Y uno solo,
que más es perdición.
Que ni a la luz del sol, que ni a la luz de la luna,
que ni a la luz de la lámpara,
me muestre tal como soy.
Que en todo momento sea una dama y demuestre
pudor.
Que me quede callada y no grite mi frustración.
¡Ah! Pero siglos ha que de mi cuerpo me apoderé.
Que a mi vagina y a mi clítoris por fin liberé.
Que mis piernas en minifalda y tacones paseo,
si la gana me da.
Que mi escote en la playa pongo a broncear.
Que si un hombre me gusta lo puedo llamar,
y entre sus brazos una y otra vez al orgasmo llegar.
La subversión es que en la cama
Los dos tenemos derecho a gozar.
Arte: Beatria Martín Vidal
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