Habito las palabras
o ellas me habitan
Poblamos
entre ellas y yo
de musgo las paredes
-roídas por el tiempo-
de un jardín sin agua
sin ecos
sin Sol.
Trepidan
-con todas sus letras-
por las bisagras de mi mente
se enmohecen rumbo a mi lengua
sé que se expandirán
-cual enredadera-
sé que enraizarán
-en mi boca-
y yo me convertiré
en todo lo que no he dicho
en el castillo abandonado
de mi vida
-y de las otras-.
Arte: El jardín abandonado. De Raoul Dufy