Me perdono por todo, por aquellas promesas y falsas ilusiones que me hice con personas equivocadas, por aquel abrazo que no me atreví a dar sin saber que podría ser la última vez que lo podría intentar.
Me perdono por aquel “te quiero” sincero que mis labios dijeron y que nunca tuvieron respuesta, por ser alguna vez una persona toxica en la vida de alguien, me perdono por ese maldito orgullo que me alejó de amistades que en realidad quería y que ahora he dado por perdidas.
Me perdono por todo, pero sobre todo por no recordarme a mí mismo cuánto me quiero, lo mucho que me amo y lo afortunado que soy de tener a mi lado a personas que a pesar de todo lo malo, no me han abandonado.
© Addel Córdova
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