Susana Argueta
En bruma el cielo,
– suaves oleadas-,
albas prendas matutinas,
caminos mullidos y leves
en deriva al infinito.
En la montaña el aire es frío.
Intensas huestes de viento
soplando hacia el valle,
por lacias laderas
y empinados pedregales.
Llueve.
La tierra agradece
y todo cobra sentido:
fértil campo, húmeda hierba.
Un murmullo delata al agua que vuelve;
buscando su espacio,
se bebe su tiempo;
grandes dominios de garzas,
de alas,
de viento,
entre el polvo viejo
que añora el Lago,
Remembranzas.
Visión fallida
de una nación de agua,
del Imperio de los grandes señores:
Caracol,
Tambores,
Adoración de dioses.
Memoria reseca
Del ombligo de la luna
En el viejo Lago.
Imagen: La Ciudad que no muere. Susana Argueta.
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