No por ser agua de río
dejo de reflejar el fuego del sol
cuando se va.
No por ser piedra
dejo de volar por la pendiente
al caer.
No por ser noche
dejo a la luna sin su luz.
No por ser viento en furia
dejo de ser brisa del mar.
No por ser lluvia en plena tormenta
dejo de anhelar la paz.
No por ser mar
dejo de besar desiertos.
No hay contradicción
entre mis palabras y mis silencios,
entre quedarme y escapar,
entre digerir y vomitar,
entre el infinito y mi pulgar,
entre morirse y respirar…
No hay contradicción.
No puede haberla
solo son caras
de la misma realidad.
Deja una respuesta