Silencios
Me abrazo a ellos, escuchándolos por doquier en el silencio de su alborotada risa.
Perpetua callada está ahora la música que reproduce las melodías de un declive inminente.
Vuelve Eolo y tráeme la frescura de la mañana que mi aterciopelada dermis tensaba.
Sé que mi encogido corazón sana del dolor y que la ausencia reclama…
Mas no quiero que a traición el tiempo me sorprenda, jugando con la vida y sin una vida confesa.
Silencio de la pluma, calor de mis letras, argucia de la expresión, por no querer que no quiera, mi noble espíritu agradecido, escribe poesía de amor, pero de amor por ellos.
Adelina Gimeno Navarro
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