Abril es el mes de la algarabía, del bullicio,
del despertar de la primavera.
Al alba se escuchan los sonidos de la tierra
que siente ya los primeros dolores de parto.
Se puede escuchar hasta el crecer de la hierba,
los alegres trinos de los pajarillos,
el zumbido de las abejas más madrugadoras,
el cri-cri de algún grillo molesto
porque todavía no es su hora,
el saltamontes inquieto de un lado a otro
y las malvas cargadas de gotas del rocío,
las malvas serenadas.
Todo es revuelo y trajín
con el renacer de la primavera
en las mañanas de abril.
M. C. M. (Marcamar)
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