
Queriendo ser y estar, amando hasta la saciedad, nuestra cama testigo paciente de los besos que siempre me das.
Agradeciendo tu lealtad, hiere quien miente, pecar de otros sueños que enturbien tu verdad.
Paraíso mental no sucumbas al previo acoso en que mi cuerpo se expone ante la lozanía de su ejecutor.
Ámame despacio, hazlo como ayer; hazme tuya una vez más. No me ayudan las mitades. Sin miedo invade.
Sin pudor castiga, que reaccione, que espabile, que cumpla en alma, y en pensamiento remate.
Pídeme perdón, ya que insultante me llamas, generoso me regalas y complaciente me vuelves a llamar amor.
Gracias por tu espera, instante en el que tu tacto me apasiona. Respiro agitada, solo tú me amas.
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