Cuando la alarma suena
la raíz de borrador
se pone en marcha.
El ruido de las bombas
rompe en llanto y presión;
se improvisa el plomo
a capricho de él,
gigante que cree ser Dios.
De nuevo la mano de pólvora
juega en desigualdad…
de nuevo se equivoca
y con miedo de fuego amenaza.
Pero esto no es un juego,
esto es dolor,
esto es involución.
No a llevar la vida al límite,
debemos reaccionar.
El gigante debe dar un giro al espejo
y parar…
De nuevo se equivocó,
bajó hasta el suelo
de la realidad.
No existen triunfos de vida
si con muertes se han de pagar…
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