Duele quitarse la venda de los ojos, darse cuenta que la persona por la que dabas el mundo entero en realidad no es como te la habías imaginado todo el tiempo.
Duele bajarse de la nube, aceptar que te habías hecho un concepto erróneo de una persona que considerabas perfecta.
Duele llegar al límite, haber sido una segunda opción, darse cuenta que el amor que te demuestran solamente por ratos no se trata de amor.
Duele dar todo y recibir poco, duele tener un corazón noble y que jueguen con él, duele querer decir adiós y no tener el coraje para hacerlo porque sigues esperando a que las cosas algún día cambien. Duele equivocarse.
© Addel Córdova
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