Lucen como flores, hasta que son aplastadas por estos asesinos de los horrores, que matan estrellas en sus albores, galaxias en sus cobardes rincones, desgraciados hijos de mi especie de mil colores. ¡Asesino de mujeres, tú de mi especie no eres! Matando las maravillas que te dieron la vida, ¿por qué se repite tantas veces? Arrancando de la Tierra las semillas que más brillan, yin y yang ensangrentados en la orilla, credo fanático de equivocado poder fálico, ¿por qué se repite tantas veces?, ¡Asesino de mujeres, tú de mi especie no eres!