Hubo un tiempo medido,
en el que transcurrió la perfección
de la unión de nuestras miradas.
Tu alma volaba y la mía la seguía.
Existió un compás entre nuestras risas,
como la marea y el viento.
Te reunía a diario con mis sueños,
escribíamos la historia;
una historia de dos,
de dos contra el universo.
Llegó el tiempo del colapso,
di un paso en falso y caímos juntos.
Todo está tan oscuro aquí abajo, mi amor,
solo tu voz está presente,
ya no puedo ver tu rostro,
el rostro más bello que puede existir.
Salgamos pronto de aquí,
todo es tan cruel y doloroso.
Fui yo quien perdió el equilibrio,
soy el mayor culpable de este colapso.
Salgamos de una vez
de este hueco tan frío del resentimiento,
subamos al límite del cielo.
Hay que seguir escribiendo la historia.
Hay que sanar, juntos.
-LF Medina
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