Buscó generar el password más seguro para resguardar su ya prolífica obra, huella de vida e iconografía. No obstante, un día aquella perfecta y extensísima clave criptográfica que incluía por supuesto caracteres especiales, números, mayúsculas y minúsculas y los más extraños complementos alfanuméricos ingresados tanto mediante tableros de plasma, convenientemente alternados, como con frases aleatorias albergadas convenientemente en el ciberespacio, también a él se le complicó.
Obviamente nada pudo lograr después de su autodestrucción luego del tercer intento.

Compañero, me ha encantado la composición de tus letras, hablando de esa contraseña de seguridad que muchos olvidamos. No esperemos al tercer intento, si hay que restaurar el password que sea a la primera.
Aplauso enorme 👏👏👏👏
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