Tu desnudez en medias de rejilla los dientes de mi fiera afila, ¡descarada!, bamboleando cada nalga con gusto y ganas; con gracia como los duendes, y picardía como las hadas, ora lentamente, ora con vértigo y peligro las mueves… Ronroneando cual gata ante mis yemas casquivanas, ardor rezuman nuestros poros por toda la estancia, que al llegar el alba, se tiñó de púrpura y grana, entre palmas y manotadas de deseo loco sin límites, sólo jadeos y gemidos guturales, expresionismo de la carne y el alma, atravesando dimensiones, mientras blanquísimos cisnes de diamante irisaban nuestros sexos, creando una fusión atemporal de siete cielos contoneándose al ritmo de Chopin, entre el pendular de tus senos de manzana y mi escroto de kiwi.
A ritmo de Chopin -Eduardo Ramírez Moyano-

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