Un tanto reseco, perennemente quieto, taxidermizado-fosilizado ante la pequeña y delgada pantalla de ágil diseño, todo él sonrisa plena (pulgar en alto también), sigue aparentando —por supuesto— ser el superliker-killer, que nunca fue.
Ante el triunfo del holograma tridimensional, la curiosa pieza se exhibe ya entre las especies extintas que alberga ahora el Museo de Antropología Cibernética, recién inaugurado este 29 de febrero del año 2122.
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