Tú en pose fatal, y yo extático por tu curvilínea compostura, haciendo pompas fucsia con las nalgas de la locura, exudando archipiélagos, harto de libido a la luz de la Luna, ninfómana mía, de mi sexo llueven golondrinas, mientras copulan a cuatro patas las bestias en el Averno, plenas de vicio, no hay más que verlo, más allá del prejuicio y del deseo.
Los atributos de tu carne, que fueron hambre a la caída de la tarde; los arrecifes de tus ingles, que se transforman en salvajes cantares; y el secreto prohibido de tus cien lunares; filigrana divina que a los ángeles encandila, otórgame tu néctar profético, que mi pez en verso ya saliva.
Extático – Eduardo Ramírez Moyano –

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