¿Hay un infinito realmente? ¿Qué somos en este gran espacio?
Te has creado más historias sentimentales que los libros que te has leído, te conseguiste tu propio País de las Maravillas y ahora no encuentras como salir de ahí, o es que simplemente te agrado el brillo de su cielo.
¿Es que acaso necesitas una mano, bella alma perdida?
¿Por qué decir que así viven los poetas? ¿Buscando su infinito? No se le llama infinito, se le llama historia, tú tienes tantas como para desperdiciar tu vida solo en una.
Mencionaste que eran fuerzas de la naturaleza, tan despejados de tormentas, llenos de tranquilidad. Te he tomado de la mano y puedo jurar que no había experimentado los diluvios sobre mi cabeza nunca hasta que tropezaste conmigo torpemente sobre la acera, culpaste a la luna; diciendo que no brillaba lo suficiente esa noche, que probablemente le habías contagiado un poco la tristeza.
Pero, ¿cuál tristeza? Si aún así sonreías con el sol entre los labios y no podría quedarme sin mencionar esa mirada que portabas, la luna podría a ver estado triste por robarle a sus estrellas.
¿Lucharás por escapar? Si algo sé es que la espada que apuñalas te sienta bien, y el brillo de tus ojos sigue siendo especial.
Ni siquiera tanta guerra te opaca.
Ana Yaretzy.
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