Vendré de muy lejos,
de donde la tierra ha dado a luz al tiempo
y corre como agua fresca;
llegaré cansada y contenta,
contando las historias
de los hombres a quien conozco,
imaginando muchas posibles.
Me recostaré para descansar
y volver a soñar,
entre tus brazos de hombre niño
y tu palabra sabia.
Me dejaré acurrucar
en el sonsonete de tu voz
y dejaré que vengas a mí.
Soy narradora
y tú, mi refugio.
Deja una respuesta