Tengo tanto miedo en este momento de los demonios que están dentro. Voces que recuerdan el pasado lleno de tormentos. Huir sería fácil y siempre lo ha sido.
¿Pero que se hace cuando la primavera se ha ido?
El invierno se ha aferrado a mi alma y por más luz que intento ser cada vez. Solo destellos quedan de quien solía ser.
Cuesta tanto romper las barreras que construimos para dejar entrar personas que decidimos que con su alegría nos contagie.
Pero lentamente nos damos cuenta que no somos lo suficientemente fuerte para ello. Y huir de ellos es la mejor salida.
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