Noches en vela que revelan la fragilidad de mi conciencia,
y por allí otro trébol de cinco hojas que paso por alto a las orillas de mis senderos.
No es que no me tope con la suerte, es que la ignoro de pensar en eso,
en esto y en aquello que es solo un nudo de falacias;
mentiras que me «creo».
Corrro, corro y corro,
sin pausas ni penitencias, solo avanzo en una huida sin sentido.
Por más que creo avanzar siempre termino en el mismo lugar en donde empecé.
Es que no puedo escapar de lo que siento.
Así recorra la línea recta de mil décadas,
así me arranque por completo el corazón.
¿Cómo se puede soltar una parte de ti?
Resulta más fácil correr a oscuras y sin más sentidos.
No entiendo, en realidad.
¿Por qué corro bajo la luna si no la veo?
sé que está allí por que percibo su luz,
pero la verdad es que no estoy bajo ella corriendo,
es ella la que escolta la diminuta silueta de este ser inamovible, desapacible e incomprensible,
que se reciente y olvida,
que se congela y no se pertenece.
Solo soy eso de lo que nunca se sabrá —a ciencia cierta— de donde provino y a donde fue a parar su foránea alma.
-LF Medina
Responder a agusdidier Cancelar la respuesta