Fugaces,
distantes,
avanzan náufragos guiados por el faro del fin del mundo.
Insomnes y crédulos, observan gigantescas sombras devorar a la noche.
Voces en fuga se disuelven en la niebla.
Relámpagos flotantes trituran el alba y devuelven estelas,
mientras al otro lado del mundo un poeta llora desconsoladamente,
aferrado al filo de la noche.
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