¿De qué me sirve estar vivo si no siento?
No siento la cuantía de los días, no veo el paso de las lunas ni el salir del sol.
Un infierno más que se inventa en el otro mundo y es de este mismo.
Camino sin piernas. Ya de nada me sirve que vaya un pie tras el otro si lo único que me guía es mi propia sombra desdibujada en la tierra.
¿A dónde van a parar mis cenizas?
De nada me servirá esparcirlas en el mar si se las arrastra el viento hacia el cementerio.
He perdido el tiempo,
o el tiempo se ha perdido en el llanto de mi eterna servidumbre.
Ya no río, de nada me sirve la sonrisa si el dolor quema por dentro.
Me extraño. Me acaricio para consolarme pero mis manos están tan lastimadas que me hago daño y sangran mis heridas.
Así voy, así estoy; habitando entre pájaros negros que me recuerdan a mi alma, aquella que fue libre en algún tiempo.
Volaba, y ahora solo es oscura, como estas noches de invierno.
-LF Medina
Deja una respuesta