Hay personas que cuando hablan dan ganas de cerrar los ojos para escucharlas por siempre.
Hay personas que cuando sonríen dan ganas de tomarles las manos y hacerles un futuro.
Y, claro, también hay personas que por el simple hecho de existir, dan ganas de volverlas poesía o el amor de tu vida.
© Addel Córdova
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