Futuro enmudecido
ante seres felizmente corrompidos.
Pues tan solo adentrarse en profundas aguas de nuestro ser,
para siquiera ver
un atisbo de nostalgia por un ayer
corroído,
que nunca llegó.
Para sentir lo nunca habido,
sufrir lo soñado,
llorar lo vivido.
Para perderse en un olvido
y encontrarse en un mañana de al fin deseos cumplidos.
Un mañana en el que seamos viejos perros arrepentidos
de corazones conmovidos.
Beatriz Hernando Moral
«Soy una chica de 28 años apasionada de los libros que recientemente descubrió su afición por la escritura. Así que en mis tiempos libres doy rienda suelta a mis letras explorando este maravilloso mundo literario»
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