Puedo notar el suave tacto de algodón al pasar la mano por su panza.
Quiero estar en las nubes, pasear por sus cimas y hundirme entre sus laderas blancas.
Allí donde el silencio se escucha, donde el viento silba la serenidad olvidada.
Fabriquemos mullidas moles de tranquilidad y estiremos fuerte del hilo de la esperanza.
Jalando de él acerquemos la sensatez a la tierra.
Nunca querer saber, ni amar para luego odiar, pretender aceptar y siempre alcanzar las nubes que más altas están.
Adelina GN
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