De arrastrarme por suelos y putrefacción
a levitar con el viento venidero del alba;
así la transgresión cubrió a cabal mi alma
y sobrevino a mi cuerpo una retaliación.
Tuve cárceles de temores en mi cabeza.
Estuve encerrado en una manzana de hiel
deseando disfrutar de libertad y de la miel
mientras iba creciendo en mí una corteza.
Me vi cegado por un blanco envoltorio.
Me resigné a que esperanza ya no había,
ni para mis enfermedades un sanatorio.
Hasta que vi una luz que alrededor nacía;
salí abriendo unas alas desde mis adentros
y comencé a volar con un alma renacida.
-Felipe Medina (Colombia/2020)

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