El silencio seduce y atemoriza. Esconde lo mejor y lo peor, es un diálogo personal y un artilugio para el ocultamiento. En el silencio encuentro a Dios y al diablo, a la niña y a la mujer, a mí y al otro. En el silencio están los miedos y todas mis osadías, el pasado y lo que no existe. ¡Qué locura! El silencio es mi única verdad.
Mi silencio * Susana Argueta

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