Ya no me dueles, ya puedo mencionar tu nombre sin agachar la mirada, ya puedo contar nuestra historia sin que se me quiebre la voz y se me llenen los ojos de lágrimas.
Ya no te sueño, ya no te pienso, ya no te quiero más en mi vida ni en mis pensamientos.
Ya no me dueles, mis heridas sanaron, levanté la cara, me sacudí el polvo y seguí caminando.
© Addel Córdova
Libro: Un amor que rozó el cielo (2018).
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