Tus nubes en mi austero cielo
agonizan tenues
mientras caen al suelo.
Cada día más se acumulan
como mis precipitaciones
de gotas sin razones
de arcoíris sin colores
de conciertos sin canciones.
Llueven ríos y se agudiza el frío.
Tus nubes caen a pedazos
negras y a retazos
al vacío inmensurable
de un olvido inalienable.
Nos olvidamos
nos despedazamos.
Y así van cayendo trozos
de un amor glorioso.
Y seguirán lloviendo eternamente
en una lluvia memorable
de un amor, que será inolvidable.
©Felipe Medina (Colombia/2020)
