Tarde, pero llego
esa es la premisa,
con o sin permiso
desenfadado,
reloj en mano.
Pude llegar antes
pero no era el momento.
Deshojé todas mis escusas
y aunque ninguna era cierta
me la jugué a la ruleta rusa.
No se me hizo tarde
porqué detrás de “tarde”
siempre queda algo más
disfrazado de “nunca”
escondido en un ojalá.
Cierto, salí con retraso
pero llegué a tiempo.
Salté por cambiar de vagón
sin perder el equilibrio
Pues aprendí a volar mejor.
Ahora es la hora
prometo ser puntual,
sin ánimo de lucro,
por lo que pueda pasar.
Me robaron la cartera
pero pagué mis deudas
sin préstamos ni condenas.
Sin más dilación
toqué al timbre porqué
ya no dejo mensajes en el contestador.
Llegué a mi cita con el sastre,
patrones al cesto y traje a medida…
Ahora si, no llego tarde.
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