(…para Celia Cortés)
… Morena mirada de atardecer.
Ahí estás –aún te veo–
como eras (y eres desde que tú/te) fuiste
navachistera luna negándose una vez más a partir…
o como si esa fría, ardiente y enorme Luna
jugase una vez más a volverse contigo una:
a la una a las dos o a las tres…
Es decir, como si siempre eterna (a fuer de ser) concreta fueras:
hueco eco de manglares;
albi-amorosa sonrisa desgajándo
se
en trinos por sobre (lo) (y) (la) misma nocturna y sacra
eterna nuestra hoguera
en ese tu Yo ardiendo ahí también.
Toda tú por entre esa/ésta colosal y multijuvenil borrachera
esa que no otra puede ser la del amar la mar y (él) regocijo infinito
… o simplemente esta otra que no viene a ser sino escasamente una más
de aquellas otras que se postergan (c)así así o sí como no y a huevo ¿y por qué no?
y mucho más allá por las más prístinas razones.
… Esa(s) que lleva a desembocar por sobre y entre sí
a todos sus comulgantes compañeros
desde que en tanto sólo dan tres minutos para las cuatro (y cuarto),
o hasta que después…
solamente y que de pronto nuevamente (nos) sorprendamos
repetidamente semisobrios al filo de uno y otro o cualquier otro feliz amanecer…
Ahí están tus ojos/mirada
como en esas veces que lo más seguro es que todo es (sí)
si acaso y apenas pausa
porque después
y posteriormente/
y como es de suponerse,
de suyo viene nuevamente a deponer s(ó)lo la calma quieta
toda esa luz alerta y cómplice
que por si acaso entre sol y sol también murmurase
por todo el tiempo suyo
añorando su/nuestra propia inacabable colectiva y plena y festiva canción…
La que suena y resuena como tú que tampoco te vas
(o más bien que apenas te escondes),
Así quizá (o no o tal vez) pero sólo un poco,
si acaso jugando como la marea
… pues de cierto eres siempre ya de toda esta plena arena
serena que nos envuelve (soporta, arropa, pica, sofoca y reconforta).
Así de imperiosa y terca naciste,
viniste, te quedaste junto al nuestro fuego
incienso y leña de aquesta nuestra pira
del más alegre lar
del más alegre mar
donde ya sin duda y sin cesar imperas.
Ordenas impertérrita al pie y al centro de tu/nuestra Bahía
esa hacia la que, hasta a los que no estemos físicamente presentes,
presta y rauda una y otra vez te aprestas
ciclo con ciclo, año con año,
hora por hora, minuto a minuto
a convocar
Sacerdotiza laica la más nuestra; la más terrena:
Ojos/ Ascuas
Ascuas/ojos
mirada morena de atardecer.
*
Una respuesta a “Ojos ascuas –Daniel Olivares Viniegra–”
Reblogueó esto en Daniel Olivares Viniegra.
Me gustaMe gusta