I
Vida.
Estoy,
paso,
la miro,
la espero…
me marcho.
Vida a paso lento.
Vida sin un descanso.
La paso sin miramientos
y me río
cuando creo,
que la paso por su lado.
Vida sin muchas prisas,
vida sí, ¡qué ironía!
yo creyendo que la salto,
que hago un quiebro,
que la aguardo,
y ella me mira tranquila
y se ríe con sarcasmo.
Ayer yo era la vida.
Ayer con sus desencantos
la miraba con orgullo,
la observaba con descaro
creyendo con osadía
que la vida me aguardaba
y que tenía la vida entera
para tenerla…
comiendo de mi mano.
Le dibujé una sonrisa
en ese momento amargo,
la guardé en un cajón
cuando el llanto
se hizo agrio.
Le canté por soleares
y bailé sin un reparo,
le planté cara a la vida
con arrojo y desparpajo.
Qué cosas tiene la vida
cuando la ves desde abajo,
cuando ves en el camino
que aún,
no hay mucho camino andado.
Qué arrogancia desmedida,
qué audacia,
qué intrepidez,
qué necia esa valentía,
qué imprudente la sandez
que piensa que este camino
es eterno,
es infinito,
interminable perenne,
sempiterno inacabable,
inmenso en perpetuidad.
Deja una respuesta