Quizá seamos bastardos de madre
querida vecina del piso de abajo.
Tu que dejas que te pisoteen,
de comprarte sin venderte…
y sigues ahí dando vida
pusilánime e inerte.
Quizá somos tus hijos ilegítimos
o bien tus moradores más rebeldes,
tan amnésicos de lactancia…
más de dar que de recibir
con tu segunda oportunidad
tatuada con retintín.
Hay muchas “importancias” antes de un después,
cuantiosas “verdades” a las que te rindes,
escasa de ungüentos para tus males…
pero la máxima es clara
enigmática cacique del cielo:
después de ti no hay nada.
Cuál sátira fui el remitente,
se regocija entre capullos y gusanos,
pues eres mi presente pendiente.
Tú que me das de comer,
reina y rosa de los vientos,
ofreces tu cama en cualquier momento.
Tú que cuando te enfadas
escupes sin dar explicaciones
haciendo honores de autoridad.
Porqué sólo tú secas mi sed,
mas a prueba pongo tu generosidad
cuando te afeita el barbero sin avisar.
Porqué tú inventaste el principio,
trolea y entierra
a quien quiera escribir tu final.
Excelente inicio colega. Saludos 🙌
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Gracias agus! 🙂
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Una historia entretejida para nuestro ajedrez mental. Bello y buen poema. sensible y cuestiona.
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