Vi a mi madre,
abracé a mi padre,
caminé,
viajé,
estreché manos,
degusté.
Anduve entre el gentío
y me senté a la mesa.
Arrullé niños.
Vi hermosas casas
y paisajes increíbles,
caminé
entre techos de colores vivos,
entre flores y callejones,
alcatraces y girasoles.
Me cansé
y lavé mi cara con agua fresca.
Miré los rostros de amigos,
gente de todas partes.
Soñé con el hombre que amo
y olvidé el resto de la noche oscura.
En verdad,
que soñé la vida.
De la Antología 2019 «Entre la tierra y el cielo». Mujeres poetas en el País de las Nubes.
Imagen: Amanecer en Atlapulco. Susana Argueta.
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