Llueve dentro,
agua de sal
inunda el tiempo.
Camino
y mis pies me llevan lejos
donde escucho al corazón:
“quiero dejar aquí mis tristezas,
sean abono
y fertilicen el campo,
y florezcan
siendo alegría”.
Tierra pródiga y sagrada,
tu memoria me habla
y me consuela;
los abuelos son sabios
dicen verdad
y deja de llover.
Imagen: Iridiscencia. Susana Argueta.
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