Día de muertos en el cementerio.
No es un día cualquiera. Los rumores de un sepelio se cuelan entre la música y las risas de un baile. Entre las criptas, el mariachi canta al muerto. Alrededor, el cempasúchitl reina por entre todas las flores: gladiolas, nube, alcatraces y pompones. Cada tumba, el singular epitafio que plasma la densa tristeza de los deudos: esposos compungidos, hijos abrumados, madres inconsolables. La muerte se conduele y baila, convoca a su progenie de ultratumba y los deja venir, canta con ellos y se hace terrena. Por este día, beberá de nuestros jarros el café con piquete y pasará la noche con nosotros. Por esta noche, la muerte ríe.
Imagen: Finis Terrae. Susana Argueta.
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