El muro
Hay en mi boca un grito que no deja de sublevarse por ti, la tierra consagrada a mis ancestros, dividida por el intransigente dejo de soberbia que construye este muro. Miro a través de las rejas. Las mismas hierbas creciendo en la tierra que también hay acá. Cerros que comienzan bajo mis pies y miro del otro lado. Ya no los puedo recorrer, tienen otro dueño. El aire no cesa, ese si cruza, pero no me lleva. El mar se alza de los dos lados, tiene el mismo color y una ola se rompe en dos, pero es igual. Tal vez otros dioses –Dios Dinero-, quizá una piel en otro tono, más iguales humanos, con ojos y piernas, con sueños. No importa lo que piense, esto no cambiará. A lo lejos, ciudades con nombres de otro idioma. Estoy en la frontera. Mi país termina aquí.
Imagen: El muro. Playas de Tijuana. Susana Argueta.
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