Momento de soltar las defensas…
Sus alas se estaban quemando. Era un fuego embravecido, un fuego que hace que cierres tus ojos por la gran iluminación que brinda.
Lo increíble era que no dolía, que parecía que estaba quemando las razones por las que aquellas alas habían crecido tanto. No las olvidaba, pero si las estaba soltando de alguna forma.
Dudaba que el miedo fuera lo que había provocado aquel incendio.
Pero era tanto el peso, que ya debía de soltar algunas cosas.
Sus brazos se soltarían del cuerpo si no lo hacía.
Sostenía el pasado con una fuerza bruta que dejaba mudo a cualquiera,
pero no sostenía las cosas buenas que la vida le brindaba.
¿Hasta dónde había llegado con tal de hacerse creer que no merecía algo bueno?
Sí después de tantas balas caídas sobre ella, merecía cubrirse con un gran escudo, y aquello la terminó por lastimar más.
Daba sin obtener.
Y es que si tu le entregabas la galaxia en una bandeja de preciosas piedras, ella solo la tomaría para liberarla. Porque así era ella…
Liberaba todo aquello que tocaba,
el caos,
la fuerza,
y el alma.
Ana Yaretzy ®
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