Hoy escribo mis últimas palabras,
que arrastran ya cansadas
viejos fardos cargados de vivencias
Descompuestas por la vida,
esa implacable justiciera
que con paso lento y cansino,
devora día a día , hora a hora,
montañas de ilusiones que reposan
a la sombra del árbol de mi existencia.
Hoy escribo lo que me queda arrinconado
en los recodos del alma,
aquello que poco a poco he guardado
para cuando ya no queda nada.
Hoy escribo para aquellos que aún no tienen voz,
para los olvidados del mundo,
para los que gritan silencios hondos y profundos
para los que se consumen poco a poco
a tiempo lento .
Para ellos van mis últimas palabras.