(dedicado a Trini y su hijo Daniel)
Atravesaste el cielo trepando en las alturas,
ascendiendo sin temor al vértigo,
a la escarpada superficie bajo tus pies,
al vacío absoluto que te mantenía a flote
como el águila imperial surcando el horizonte,
como el funambulista en la cuerda floja,
como el escalador en la aguja de la catedral
o como tú, Daniel,
que osaste convertirte en pájaro.
Tal vez fue el silencio tu cómplice,
tal vez tu padre te sujetaba
o quizás tu valentía lo hizo todo,
incólume viste el mundo desde arriba,
satisfecho de cumplir tu sueño
con esfuerzo y constancia.
Precioso atardecer pintado
de azul terciopelo y luz dorada,
viajero cósmico inmortal,
captado por la efímera instantánea,
a contraluz desplegando tus brazos
y con las piernas listas para aterrizar.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Sígueme también en Facebook
Sígueme en MeWe