Somos el tiempo
el beso y las ganas
que no se puede interpretar
con versos simples y cortos.
No hay explicación exacta
que al menos intente describir
lo poético de tus labios.
No hay poemas
ni verbos que se acerquen a tu magia
a dos centímetros de tu cintura
A tus pómulos
porque el verso eres tú.
Eres y somos
esa chispa de bienvenida
cuando nuestros labios
se tantean y empieza la poesía
con los ojos cerrados
y alma abierto.
Ese beso.
Empieza todo.
Termina todo.
Ese beso
que quiero que pase
y una vez que termine
que no olvide recorrer
la misma calle
hasta llegar a mis labios.
Ese beso
que me haga perder la línea
la cordura y la razón,
que me corté y aceleré
la respiración.
O que me laa quite y tenga que adaptarme
a tu respirar.
Dos o tres,
quizás hasta mil,
o mejor, multiplicando todos los números,
y cualquier resultado
se convierta en los besos
que nos debemos a partir de ahora.
Ese beso
por la que, a veces,
muero.
©Agusletras
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