“La muñeca en la vitrina… solo necesitaba un abrazo, algo que no dejara que todos los pedazos calleran.
La pequeña se estaba rompiendo en pedazos, y nadie lo notaba. Hasta que mágicamente desapareció y aunque la buscaron, no la encontraron.
Tantas cosas pasaron por mi mente, aunque nada salió. Solo se quedaron ahí, estancadas en mi garganta. Podía sentir la electricidad en mí, pero, estabas hecho polvo, y contigo, ya no funcionaba pasar mi corriente.
Solo recuerdo tus palabras, que aunque dolieron, despertaron aquella alma que se desvivía por ver esos ojos brillar;
Vamos a recorrer el mundo. Vamos a tocar las tormentas con la punta de los dedos cada vez que estemos juntos. Vamos a ver qué nos depara la vida. Hay que sonreírnos mutuamente. En secreto.
Hay que aplaudirle a la lluvia, mientras te cuento los secretos. Solo mira ese lado. Hay muchos, pero solo quiero que mires ese por un momento.
Te quiero contar historias esas que duren la noche entera, te quiero demostrar el significado de porque aquí, porque no después. Quiero que leas mis labios. Que leas las emociones de mis ojos.
Tu forma de hablar era la que me conmovía, tan solo el timbre de tu voz, me deleitaba.
Aunque todo ahora es tan sarcástico, tan hechado a perder, que me quedaré a recorrer el mundo por si sola, a tocar las tormentas, y a vivir en soledad, apreciarla de alguna forma. ¿Cuál difícil sería hacerlo? Sí lo peor paso, si lo mejor me aguarda.”Escrito por ©Ana Yaretzy
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